lunes, 18 de noviembre de 2013

hay algo inevitable

detrás de la luz que toca el ángulo más triste
de este cuarto solitario
hace sólo un poco el sol de mi infancia tañía las horas en mi nuca
desmoronándose
aunque no hubiera infancia ni belleza
y nadie pudiera recoger del suelo las palabras dichas
al final de la tierra sabré de las huellas que me esperan
sin haberlas visto nunca
viviré día a día me dije
como si vivir no fuera un esfuerzo baldío
como si todo reposara como si nada hiriera
como una hormiga que hace el laberinto y guarda a buen recaudo
su alimento


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